Tienes los ojos hundidos... desde aquí lo digo bajito, con la sonrisa chueca. Me gusta estar contigo asi, de extremo a extremo en esta mesa que se mece de vieja. Te confieso, vida, que cuando tengo hambre y la soledad me ahoga, tomo asiento… Es entonces aqui sentada que veo tus ojos y sonrio y recuerdo.
Te preparé unas letras lindas, vamos a cenar.
Te preparé unas letras lindas, vamos a cenar.