Hoy lo volví a ver en uno de esos pasillos de una enorme tienda comercial.
Camiseta verde, pantalón de mezclilla y ese nuevo y extraño corte de pelo. Y a pesar de eso su aspecto era el mismo... Como el de esas personas que te contagian vida, quizás por esas camisetas que usa color "chingame las pupilas", o por la manera en que sonrie, o su forma de caminar...
En el bolsillo de su pantalón llevaba unos aretes de mujer, y no eran para mi.
Al lado de una banca de madera clara, de pie esperaba frente a una zapateria de damas, y no era a mi.
Mis manos resguardaban las dos bolsas que contenian el presente que tampoco eran para él.
"Hola... como estás... bien... hasta luego"
Y me perdí entre la gente que no me hace soñar.
Y asi fué como nos encontramos hoy... Ahí estábamos bajo ese enorme techo, a la misma hora, en el mismo espacio, ambos, comprando los regalos para su cada cual.
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