Es de noche y mi hija carga dos estrellas, una en cada palma de su mano; azules, esponjosas, las arrastra, las humedece de saliva, de todo lo que hay a su alrededor, con eso se conforma y juega. Da unos pasitos, se acerca a mis espaldas(yo de pie en la cocina y mi cabeza en el escritorio y en papeles), me estira los brazos y abriendo sus manitas me dice... "ahi taaaaa".
1 comentario:
..hermoso..
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