viernes, septiembre 02, 2011

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by Carlos Rodriguez "Mohamed" (Aún no lo termina)

   Un piano que entra despacito en mis oídos, un sándwich a las dos de la madrugada, unas flores que se secan en la mesa, mi pequeña que ya sueña en la cama, mis ansias por un bello cuadro que colgará de mi mejor pared, treinta señoras que me esperan y me escuchan cada día a las cinco de la tarde, una amiga de cabellos rubios con el corazón más jodido que el mío (cabrones(a), putos!(a) exs. Mi pregunta es: ¿les zumbarán las orejas cuando hablamos de ellos?), un plato amarillo, una servilleta de papel hecha bola, una planta en la sala, Don Quijote recargado en mi puerta y un perro recostado en la alfombra empolvada. A cortinas cerradas de manta, me escribo sorbito a sorbito bebiendo garat… Me reencuentro. Es lindo, me gusta ser yo llenita de cafeína a estas horas de la madrugada. ¡Qué ladre el perro Sancho! ¡Qué ladre! Que aunque me suenen las fracturas de los huesos mientras ande, soy un ser aún completo.


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me da tranquilidad leer este post. Es como la sensación de estar leyendo algo que me dice que todo lo que se podía hacer está hecho y que lo demás está en su sitio.
No sé el motivo pero es así. :)

musa extraviada dijo...

Gracias...
Digamos que me encuentro en tiempos de reacomodo. :)Abrazos.

Emili dijo...

Sigo disfrutando leyéndote a ratos, mucho...

Anónimo dijo...

llenos de cafeina, cabra querida, no bajes del arbol de la noche, del arbol de la palabra,nuestras raices se tocan

musa extraviada dijo...

Gracias por los deseos y las letras... Lindos dias.

Hindue blues - Kevin Johansen