jueves, noviembre 18, 2004



Muchas risas de niños, árboles, y entre ellos sujetada entre cuerdas, una piñata con la forma de tortuga ninja; aves, una casa enorme de madera, una pila de agua y sentadita sobre ella a sus orillas yo...

No había cuadernos ni pupitres, pero si el olor a gis y madera de un viejo salón de primaria, los mismos niños y el mismo sentimiento de aislamiento y de no pertenecer a ese lugar.

Desde ese entonces una sustancia de nombre raro (serotonina) jugaba al juego de los pensamientos tristes, y fué asi como surgió en mi la triste inocencia de no saber por que demonios me apartaba de los demás.

Los niños parecían hormigas formando hileras para poder golpear a la piñata,
Las mamás aplaudían,
El pastel se veía rebueno
Y yo solo esperaba el momento en el que partieran el pastel.

Y fué entonces como lo conocí..
El amor a mis ocho años tenia la apariencia de una mano extendida de un niño de cabello castaño, y ojos cafés, que mientras me hacia la pregunta "porque estas sentada aqui tan sola" con una sonrisa me invitaba a darle matarile a su pastel de cumpleaños.

No recuerdo su nombre, pero ese gesto es la causa de que a mis 24 años aún lo recuerde.

PaO

3 comentarios:

officer nice! dijo...
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Vanessa Alanís dijo...

love is one of those enygmas that people will never undertand...

Anónimo dijo...

el amor puede tener mil formas...me pediste un regalo ..y siempre habra una rebanada de pastel para ti, del pastel de la vida que es de todos PAO

Hindue blues - Kevin Johansen